viernes, 6 de abril de 2012

RECUERDOS DE SULLANA 006 - MI AMIGO JORGE CASTILLO COBEÑAS.


Mi estimado amigo Coco.
Estudiamos muchos años juntos, pero empezamos a ser amigos creo que en la secundaria. Jorge era un joven que se vestía muy bien, impecablemente diría. Espero que no se moleste pero la verdad es que él era otro de los playboys de la época. Pero playboy por la presencia porque valgan verdades siempre tuvo una profundidad de pensamiento y valores que lo hacía diferente y a la vez afín con un grupo de condiscípulos. También era un alumno de élite. En el deporte creo que destacaba en atletismo y en basquetball.
Sí conocí a su padre de vista, no lo traté mucho pero lamento no recordar a su señora madre. Conocí a su hermano menor, en ese entonces un gordito más alto que él y creo que tenía una hermana.
Fuimos parte de grupos de reflexión cristiana con Omar Valdez, Mickey Agurto, Ricardo Benites, Iván Calderón, Karin Palomino, Kike Zambrano, Teodoro Zapata, entre otros. Coco deberá acordarse de muchos temas que meditamos con Jesús García y con Gustavo Espinoza y sobretodo de las enseñanzas que incorporamos a nuestras vidas. Sé que tuvo la gran bendición de tener un hogar bien constituido con sus padres y ahora tiene una hermosa familia. En los dos últimos años de la secundaria nos hicimos mejores amigos.
Nosotros vivimos en cuarto de secundaria una revolución estudiantil. Llegaron a nuestro colegio 2 hermanos maristas especiales: Jesús García y Gustavo Espinoza. En la forma nos dijeron que podíamos tutearlos y llamarlos por su nombre y hasta por nuestras "chapas". Estos hermanos no vestían sotanas, nos permitían fumar delante de ellos y nos transmitieron una confianza que yo agradezco y que estoy seguro otros también aquilataron más aún con el paso de los años. Se abolió la formación para ingresar a las aulas y, para los hombres de poca fe, no se produjeron desórdenes. Reflexionábamos sobre casos de la vida real e incluso el curso de religión era más vivencial. En lo sustantivo nos sembraron el amor al prójimo como un estigma adánico y por allí, vamos por la vida sin hacer daño a nadie o intentándolo al menos. Promovieron la formación del Consejo Estudiantil, un foro democrático por el que aprendimos nociones de democracia. Ahora que lo analizo Jesús y Gustavo quisieron horizontalizar el liderazgo y no les fallamos. El primer presidente del Consejo fue Jorge Torres un alumno, de quinto secundaria, que recién había llegado pero que poseía un verbo de político profesional.
Fuimos una promoción muy unida. Coco recuerdas ? hicimos la primera huelga en toda la historia del colegio y creo que fue un error al menos de mi parte. Imagínense lo anodino del asunto que hoy ni recuerdo la razón de esa protesta. Me parece que Torres, el presidente nos manipuló y lo seguimos ovejunamente. Un día estábamos en el patio de primaria y Torres con unos alumnos de quinto llamaron a reunión. Solicitaron nuestro apoyo para su asonada y nos pidieron que no entráramos a la hora del pito(la señal de formación) , los seguimos y salimos a la calle.Cuando cerraron la puerta y me ví afuera con mis otros compañeros recién supe lo que es cruzar el Rubicón. Nos dirigimos a la fachada del colegio y nos sentamos en círculos en la calzada y nos pusimos a gritar arengas y creo que a cantar. Después una Comisión ingresó a parlamentar con Jesús y después claudicamos, e ingresamos yo al menos derrotado. Sin embargo la experiencia fue muy interesante y nos dejó muchas enseñanzas. Yo no guardo un buen recuerdo de ese episodio por eso es que lo tengo como una nebulosa y adrede no lo he querido fijar. Es que yo acostumbro enviar a la papelera de reciclaje los malos recuerdos y ya la he vaciado varias veces.
Nuestra promoción tiene varias cosas especiales, la más superflua, es que es la única de toda la historia del colegio que no se tomó una foto con el hermano Director en ejercicio. Por indómitos nada más. Resulta que después de la revolución que vivimos con Jesús y Gustavo vino una victoria de la fuerzas reaccionarias de los maristas y enviaron a un director que venía a poner orden en el "Santa Rosa" manu militari. Se apellidaba Pérez y volvió a la manida costumbre de la formación, a obligar a cortarse el pelo, a no dejar fumar, a venerar el silencio como otro becerro de oro, a evitar que cuestionáramos el sistema y a distanciarse con el trato acartonado de "Hermano...".Incluso muchos de nosotros estábamos preocupados porque se decía, sin confirmar, que el Hermano Pérez iba a prohibir la masturbación.
Otra forma de rebelión es que cuando los de cuarto ganamos los juegos florales decidimos no subir al estrado a recibir los premios para manifestar nuestra subversión. Incluso estábamos afuera del teatro en la oscuridad de la noche y escuchábamos que el hermano maestro de ceremonias llamaba al alumno tal, del cuarto año, ganador de tal categoría, que suba, a continuación un silencio y luego un murmullo. Cuando se dieron cuenta, todos los de cuarto año habíamos rechazado los premios y nosotros festejábamos afuera.
Y lo que nos diferenció en el fondo de todas las promociones ( y eso ya no es superfluo) es que no hicimos fiesta de promoción a todo dar, no tuvimos viaje de promoción, ni sortija de oro. Y lo mejor de todo es que no extrañamos esos rituales porque elegimos libremente hacer nuestra fiesta en casa de Mario Lazo con nuestra orquesta Kanorte 5, y todos nuestros fondos ahorrados en dos años de actividades los donamos al Viejo, el kioskero del colegio; al colegio, le compramos útiles deportivos y a una familia muy pobre de Sullana le construimos una casa en un pueblo joven con nuestra propias manos, de adobe nomás.
Cuando llegamos a Lima nos seguimos frecuentando y comunicando por teléfono. Él, muy gentilmente, me invitaba casi todos los sábados a un bar de la avenida Tacna y nos ayudábamos a sobrellevar nuestro nuevo camino con tertulias de gran densidad. Yo acostumbraba pedir un hot dog a la chilena y un jugo de papaya. Con Mickey lo invitamos a un grupo de carismáticos en pueblo Libre en la Iglesia San Lucas con el padre Rómulo y compartimos muchos meses de oraciones, cantos y de la Palabra de Dios. Tal vez hasta fuimos a un retiro, no estoy seguro. Él estudió Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima y acabó su carrera, por supuesto, mucho antes que yo y se regresó a nuestra querida Sullana. Yo sí me despedí para siempre.
Algunas pocas veces hemos coincidido en Sullana en el período de vacaciones universitarias. Y recuerdo que Coco siempre se agenciaba la forma de saber sí estaba allí y pasaba en su camioneta por mi casa de la calle Grau para invitarme a compartir algunos momentos. Y la pasábamos tremendamente bien.
Después nos perdimos el rastro. Pero nuevamente, el milagro, estamos saludándonos después de muchos años porque los verdaderos amigos nunca se pierden siempre se encuentran.
alfredo guerrón.

1 comentario:

  1. ALFREDO LO HE VUELTO A LEER DESPUES DE MUCHO TIEMPO Y CREEME ME SIENTO MUY FELIZ DE SER LO QUE SOY Y TENERTE A TI COMO AMIGO AUNQUE NO NOS VEAMOS AQUI ESTOY.
    GRACIAS POR RECORDAR TIEMPOS BELLOS Y SER LO QUE SOMOS.

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